El cambio es una constante en el proceso del crecimiento como persona para llegar a ser un SER pleno (valga la redundancia), es parte de la búsqueda a la integralidad como ser humano, de hecho, en ningún otro momento de la historia se ha visto una evolución tan exponencial de la sociedad y sus grupos como la que hemos vivido estos últimos años. Dentro de este contexto, la innovación no siempre ha sido un tema prioritario, pero en los últimos diez años ha llegado a ocupar el primer lugar de la lista en una gama muy amplia de organizaciones (desde las organizaciones con fines lucrativos hasta las que no tienen ánimo de lucro) que trabajan en sectores muy distintos; este cambio responde al hecho de que el propio mundo se halla en proceso de transformación, un ejemplo es el paso de la era industrial a la era del conocimiento.
La globalización ha interrelacionado cuestiones cada vez más complejas y caracterizadas por el riesgo, de hecho los economistas estiman que entre el 60% y el 80% del crecimiento económico proviene de la innovación y los nuevos conocimientos. Como resultado de ello, las soluciones requieren aunar ideas e información de forma fresca y creativa. La eficacia a largo plazo en las organizaciones sociales se hará evidente tan solo para aquellos que cambien para anticiparse a la realidad de los nuevos entornos operativos, la Innovación será un ingrediente clave en ese proceso.
Las organizaciones sociales no deben temer a estos rápidos cambios; la innovación ya forma parte del código genético de este sector empoderado como una Comunidad que vela por el bien de los demás. Numerosas organizaciones sociales han nacido para promover soluciones a los problemas que ni el mercado ni el sector público han podido resolver, y muchas lo han hecho con éxito; así pues, el auténtico desafío para esas organizaciones es mantenerse al día con respecto al entorno en constante cambio, la aparición de nuevos problemas sociales complejos, los avances tecnológicos y una evolución que, al parecer, se produce diariamente. La tarea de las organizaciones sociales consiste en crear una visión de futuro y desbloquear el cambio a través de la innovación.
La importancia de la innovación para las organizaciones en el contexto actual y en estos tiempos de cambio constante difícilmente puede discutirse. Pero ¿Qué es “Innovación”? Innovación es un término amplio que se ha utilizado con frecuencia indistintamente con otros significados y que en tiempos recientes quizá se haya usado de forma abusiva como un término para todo e incluso como palabra de moda para designar cualquier novedad. Políticos, líderes empresariales y representantes se sirven de sus connotaciones para mirar hacia un futuro brillante y exitoso, en cierto sentido, se ha utilizado como un rayo de esperanza; además, en el ámbito académico existe una comprensión diversa del término debido a la naturaleza de su uso interdisciplinario y al gran número de definiciones que se han utilizado en el campo de la gestión de la innovación, de hecho las incoherencias de estas definiciones no solo han creado confusión, sino que incluso han llevado a algunos autores a creer que no existe una definición uniforme de innovación. Sin embargo, lo cierto es que la innovación es hoy el ingrediente esencial para prosperar y, si tenemos que implementar la innovación en nuestras organizaciones sociales, es absolutamente necesario encontrar una definición uniforme.
El término innovación tiene su origen etimológico en la expresión latina Innovare, que significa ‘crear algo nuevo’. Sin embargo, el término no se popularizó hasta que el economista austríaco Joseph Schumpeter (1883-1950) lo utilizó en uno de sus papers, publicado en inglés en 1960.
Schumpeter describió la innovación como una “Destrucción Creativa” y expuso una distinción preliminar entre “Invención” e “Innovación”. La invención es una idea hecha realidad, mientras que la innovación es una idea hecha realidad y posteriormente llevada a la práctica con éxito. Así, la principal diferencia es el nivel de éxito de la innovación por encima del de la invención, es decir, su comercialización. Para los economistas, las invenciones solo son innovaciones cuando se aplican y provocan el impacto para el cual estaban diseñadas, tal como afirma Porter (1990), “La innovación es una nueva forma de hacer las cosas que se comercializa”. Por lo tanto, en la base de la innovación encontramos la Creatividad, como un prerrequisito esencial y el paso precedente para generar nuevas combinaciones a partir de la información conocida 1.
Pero la innovación es más que una idea creativa, ya que solo algunas ideas sobreviven y se convierten en innovación. El objetivo final es dar lugar al cambio y añadir valor y mejorar procesos, productos o experiencias. Por lo tanto, el término también implica la implementación, como podemos ver la innovación como un proceso que se puede dividir en distintas fases, según Kanter (1983), “La innovación es la generación, la aceptación y la implementación de nuevas ideas”. Es decir, desde el origen de una idea hasta la aceptación de su valor y la transformación en un proceso de implementación antes mencionado como algo útil dentro de un sistema, la innovación puede ser vista como “La implementación con Éxito de una Creación”.
1. Rodríguez E. et al. (2011). Innovar para el cambio social: De la idea a la acción, Instituto de Innovación Social, España.
Juan Pablo Gómez
ESSE Chile
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